En Cunit hay 4 playas
Se extiende a lo largo de dos kilómetros y medio de arena dorada donde se puede disfrutar de instalaciones y servicios múltiples. La playa popularmente se la conoce por sus 7 espigones que se enumeran de sur a norte, el número 1 es el que toca a Segur de Calafell y el 7 a Cubelles. A los espigones 1,2 y 3 se les denomina playa de Ponent. Del 4 al 7 se le denomina Playa de LLevant. Todas ellas disponen de todos los servicios.
Lo que hemos escrito últimamente sobre las playas de Cunit
La leyenda d’en Garneu de Cunit i el valí de Calafell
Mitos y leyendas sobre el marDicen que el castillo de Calafell fue el último y el más difícil de conquistar del litoral, esta fortaleza estaba gobernada por un Valí al que las huestes cristianas acechaban. Se dice que esta resistencia fue posible gracias a que había un túnel secreto que lo acercaba al mar en la zona que hoy en día se conoce como “les Teixoneres” por este túnel desde Tamarit i Altafulla les hacían llegar los alimentos y el agua.
Tan admirable era la destreza castrense del Valí (gobernador) y su defensa del castillo que desde más allá de Cubelles un “capitost” (jefe) prometió una gran recompensa a quien le trajera la cabeza del Valí del castillo de Calafell.
Pero pasaba el tiempo y todos los que lo habían intentado habían muerto.
No muy lejos, entre Cubelles y Calafell, en una laguna salinosa cerca de la Iglesia de Sant Cristòfol en Cunit, iglesia que habían construido hombres de Cubelles, había una cabaña de barro y cañas habitada por un trotamundos llamado Garneu, vivía de la pesca de anguilas y de lubinas, era muy fuerte de carácter malcarado y taciturno vivía apartado de todos. Un día que fue a vender sus pescados cerca del castillo de Cubelles supo de la recompensa que el capitost ofrecía por la cabeza del Valí.
Garneu conocía muy bien la entrada del túnel y empezó a valorar si era aconsejable comunicarlo a los cristianos, pero decidió que esto no le daría la recompensa deseada. El solo no podía hacer frente a las embarcaciones que abastecían de víveres a los habitantes del castillo. Y concluyó que lo que si podía hacer era entregar la cabeza del Valí al capitost de Cubelles, para ello ideó un plan. Gerneu era fornido, un gran nadador y atrevido como era no tenía nada que perder.
Llegó una noche de luna en cuarto menguante, con poca claridad lunar, una noche como las que gustaba al valí para tomar sus baños de mar. Efectivamente, él y su corte, a través de aquel conducto secreto que los llevaba hasta la playa, estaban chapoteando entre las mansas olas que besaban la arena. Garneu, se acercó a la comitiva disfrazado de mujer. La guardia, atenta, lo detuvo de seguido que lo vieron. Pero el Valí, hombre sensual y mujeriego, cuando supo que era una mujer, quiso que la dejaran llegar hasta él.
En la media luz del cuarto lunar, los trajes femeninos de Garneu, hacía buen efecto, así que el Valí, sin pensar nada extendió los brazos para abrazarla, dejando todo el cuerpo descubierto. Descuido que Garneu aprovechó para clavarle una larga y fatal daga en el corazón. Y sin esperar ninguna reacción, saltó al agua zambulléndose entre las oleadas, nadando con tanta destreza que ninguno de los guardias pudo ni tant solo acercarse.
Perplejos y desconcertados por el ataque y temiéndose que este ataque formaba parte de una emboscada, toda la corte huyó hacía el túnel, dejando al muerto abandonado a la orilla, ocasión que aprovechó el asesino para salir del agua, cortarle la cabeza al Valí y con la testa colgada en la cintura volvió al mar, para llegar al camino que lo llevaba a la barraca de cañas de Cunit. El día siguiente llevó su trofeo en el castillo de Cubelles, donde fue recompensado. Y así, muerto el Valí, y sin caudillo que los dirigiera, el castillo de Calafell pudo ser tomado por las huestes cristianas, que ya antes habían tomado los otros castillos del Penedès.
Si quieres disfrutar y revivir mejor la leyenda solo hay una manera, yendo a visitar estas playas.