Una playa ideal es aquella que reúne las condiciones necesarias para que todos los miembros de la familia puedan disfrutar de un día de playa agradable y seguro. Estas son algunas de las características que la definen:
.
En primer lugar, debe ser una playa con aguas tranquilas, mejor si es de arena para que los niños puedan bañarse sin peligro.
De poca profundidad, por lo menos en su tramo inicial.
Zonas con sombra: Es importante contar con zonas de sombra para protegerse del sol, especialmente en los días más calurosos. Estas zonas pueden ser naturales, como palmeras o árboles, o artificiales, como sombrillas o hamacas.
Servicios de alquiler de sombrillas y hamacas: Si no quieres llevar tu propia sombrilla o hamaca, puedes alquilarlas en la playa. Esto es especialmente útil si viajas con niños pequeños.
Socorrista o puesto de la Cruz Roja: Es importante que la playa cuente con un servicio de socorrismo para garantizar la seguridad de los bañistas.
Acceso fácil con carritos: Si viajas con niños pequeños en carrito, es importante que la playa sea accesible para este tipo de vehículos.
Zona infantil en los alrededores: Si viajas con niños, es importante que la playa tenga una zona infantil con juegos y atracciones para que ellos puedan divertirse.
Zona de aparcamiento o fácil aparcamiento: Es importante contar con una zona de aparcamiento cerca de la playa, o que sea fácil aparcar en la zona.
Otros servicios: Es conveniente que la playa cuente con otros servicios como cafeterías, restaurantes o supermercados para poder comprar agua fresca o comida.
Finalmente, es importante recordar que, aunque la playa tenga todas estas características, la supervisión de un adulto es esencial en todo momento para garantizar la seguridad de los niños